Durante muchos años, expresar los sentimientos ha sido un signo de flaqueza, de debilidad. No estamos acostumbrados a hacerlo y la sociedad nos pide que los acallemos. Sin embargo, en las últimas décadas la Inteligencia Emocional está surgiendo como un concepto muy relevante para el bienestar emocional y social en diferentes contextos de la vida cotidiana. Las últimas investigaciones demuestran que existe una relación directa entre lo que sienten las niñas y la forma en que se comportan. Es más, afirman que, sin una buena base emocional, el aprendizaje no puede darse de manera significativa.
Vamos a desgranar en el siguiente artículo de nuestra colaboradora Cristina Antoñanzas, las herramientas que nos harán ser inteligentes emocionalmente hablando y nos permitirán acompañar a nuestros hijos e hijas en el desarrollo de esta capacidad.
Cristina Antoñanzas. Asesora y formadora de familias y centros educativos.